viernes, 29 de enero de 2016

Titubeando en el rellano . . .

Cuando sientes que has de afrontar la escalera, pero dudas . . .


¿No os ha pasado nunca que días especiales se convierten en anodinos y días normales se convierten en decisivos? ¿No habéis sentido nunca, mirando atrás, que un día concreto fue un punto de inflexión en vuestra vida aunque entonces no repararais en ello?

A mí, sí. Ayer hizo 4 años. El 28 de enero de 2012 fue un día de esos en que mi vida cambió de trayectoria. Amaneció radiante, cielo azul, acompañado de algunas nubecillas que adornaran mis primeras fotos en una salida fotográfica en grupo.



Después de dos décadas de matrimonio y un lustro en una relación ya agotada me encontré en un escenario demasiado vacío. Sí, tenía hijos, pero ya mayores y con sus propias vidas; amigas, inmersas en sus propias vidas familiares; compañeros de trabajo; amigas de la infancia, etc. Pero necesitaba gente con la que hacer cosas, y cosas que hacer con gente, compañeras/os de actividades en definitiva.

Los primeros pasos no fueron fáciles, a pesar de mis inmensas ansias de vida y mi firme voluntad de aprovechar el tiempo. Estás perdida, no sabes por donde tirar, saliste del "mercado" hace demasiado tiempo, y percibes que la gente ya no se relaciona como cuando eras joven y soltera (es lo que tiene casarse jovencita).

¿Y dónde buscar compañeros de actividades? Salir al parque de enfrente de casa a pasear no parecía ser el camino. Un amigo de Barcelona (Xavi) me habló el verano anterior de las "páginas de singles", empecé a curiosear en la red y encontré varias. Me apunté a dos, y viendo un poco cual era su dinámica me apunté a varios grupos para que me fueran llegando propuestas a mi bandeja de entrada semanalmente. Descarté todas las fiestas tipo "tuerca y tornillo", "encuentra tu media naranja/limón", "amistad y lo que surja", etc. Con todo el respeto para los que buscan eso, no era mi caso, así que me apunté en grupos acordes a mi edad, ubicación e intereses: "De 40 a 50" "Gente de la Latina", "Senderismo" "Fotografía Digital" y alguno más que ni recuerdo.


Siempre me había gustado la fotografía, primero analógicas con sus carísimos carretes y revelados, luego nuestra primera Olympus con Autofocus (regalo de boda), después las primeras digitales, familiares y compartidas siempre. Me pareció que un grupo de aficionados a la fotografía podía ser un buen comienzo, para encontrar mis ansiados compañeras/os de actividades.

Elegí cuidadosamente la primera actividad a la que asistir, porque me conozco y sabía que si la primera vez era un chasco, no me daría una segunda oportunidad (al menos en ese entonces). "Recorrido urbano por el Madrid de los Austrias y atardecer en el Templo de Debod" era el apetecible plan para el sábado 28 de enero de 2012, con paradita para comer algo.


Con todos mis recelos, pensando que sería fácil difuminarme si aquello no me gustaba, me planté junto al Arco de Cuchilleros, con mi Sony compacta, mis timideces comprimidas y con una sonrisa de larga exposición. Allí estaban y allí llegué:

-¡Buenos días! Soy Marian.
-¡Hola! Somos: Iván, Nati, Libertad, Jose Manuel, Alfredo, Nandy, etc.



Ese día conocí a muchas personas que forman o han formado parte de mi vida en los últimos 4 años, personas importantes por si mismas y por lo que han aportado a mi vida. Grandes amigas como Nati y Liber; profesores de fotografía como José Manuel Feito, con quien hice mi primer curso cuando me compré la reflex en abril. Amantes del senderismo, como Nandy con quien me inicié en eso de caminar por el campo y a través de la cual conocí a Ligia, que fue quien me llevó a mi primera actividad de pájaros (aunque ella no me acompañó . . .)

Desde entonces ha habido muchas, muchas fotos, montones de salidas con diferentes grupos de fotografía, incontables caras nuevas, pasajeras la mayoría, pero de cada grupo, de cada época me voy quedando con un par de personas que se incorporan a mi vida por derecho y que forman parte activa de la misma. 


Es una de mis fotos favoritas del muy principio de mi "carrera fotográfica"

He aprendido a moverme como pez en el agua en este tipo de estructuras sociales tan inestables, a prescindir de aquellos con los que no encajo, a disfrutar de la compañía de aquellos con los que disfruto. Y tengo un "fondo de amigas" (otras los prefieren de armario) con las que compartir muchas cosas: Con unas me voy de viaje, con otras de senderismo, o a ver exposiciones e incluso a "pajarear", aunque a eso suelo ir sola. Con la mayoría, por no decir con todas, hago fotos. 

Consecuencia de todo ello es que siga siendo errática en lo que a fotografía concierne, que siga sin decantarme por un estilo concreto. A veces hago naturaleza, a veces street, y a veces fotos turísticas. 

En fin, la realidad es que sí,  que me he decantado por un estilo de fotografía: El mío propio, que es "fotografía disfrutona" aquella que me permite disfrutar de paseos, naturaleza, ciudades, sensaciones, y sobre todo de las personas que me acompañan, o incluso de mi propia compañía cuando decido irme conmigo misma. Aunque de cuando me voy sola y viajo sola, os hablaré otro día.

Y cuando llegó la noche seguíamos haciendo fotos.

Todas las fotos son de ese día que tan importante resultó ser. 

Mis fotos han crecido mucho, yo, también.

 Y lo hemos hecho juntas . . .


jueves, 7 de enero de 2016

Tengo, tengo, tengo . . .

Tengo una caja llena de vida, 
tengo una caja llena de sueños.

Tengo, tengo, tengo. Tengo una caja en la que (últimamente amontono más que) guardo montones de planos, folletos, entradas, billetes, tarjetas de embarque, facturas de hoteles, en fin todo aquello que me traigo cuando viajo. También guardo en ella folletos de informaciones varias sobre actividades o lugares que me gustaría visitar. 



He ido a guardar los papelillos de mis últimas salidas y he llegado a varias felices conclusiones:

1ª. Necesito dos cajas. Primero, porque no me cabe más y segundo porque tengo que separar lo vivido de lo por vivir. Es más la de los sueños debería de organizarla por categorías o por destinos o por urgencias . . . No sé, me lo voy a pensar.

2ª. ¡Cómo me gusta el balance de mi vida de los últimos años! Lo digo entre risas a veces, pero no es broma: He salido más en los últimos cuatro años que en los cinco anteriores, y si me apuras,  que en los veinticinco anteriores. 

3ª. Adoro viajar, y pensar, planear o recordar me hace casi tan feliz como el viaje en sí. 

4ª. Me encanta viajar acompañada. Pero desde que me lancé a la aventura de viajar sola he descubierto otra manera de disfrutar que me engancha muchísimo. Pero sobre esto hablaré otro día . . .

5ª. Soy una mujer fácil de complacer (en casi todo). Lo mismo me emociona el románico, que las cigüeñuelas en las salinas al atardecer, o las brumas entre altas montañas, o dejarme guiar por el olfato y almorzar en "O trevo" rodeada de lisboetas en su hora del almuerzo. Deambular libre, con o sin cámara, eligiendo en cada esquina por donde continuar, con quien hablar o simplemente sentarme a descansar y observar la vida a mi alrededor. 

Y por último:

6ª. Necesito un par de vidas más para que me de tiempo a ordenar y leerme todos mis papeles, hacer todos los viajes que deseo y procesar las miles de fotos pendientes . . . 

Pero mientras tanto, un sólo objetivo: Dejar que la vida me siga enamorando y vivirla con ilusión. ¿Os apuntáis?